martes, 4 de marzo de 2014

¿BUEN DOCENTE POR NATURALEZA?



En Chile los profesores y alumnos ya estamos retomando las clases luego de el periodo de vacaciones, se inicia un nuevo año educativo. 

A diferencia de muchos de mis colegas, a mí me gusta siempre darle una mirada ultra positiva a esto. De partida, no puedo estar mucho tiempo de vacaciones porque me aburro. Sí, leyó bien, me aburro cuando pasó más de dos meses haciendo algo que no es lo mío. A mí me gusta mucho hacer clases, es una de mis pasiones, algo que me llena. Olvídense del profesor romántico con una vocación abnegada, que hace clases en la en los más remotos rincones rurales en salas sin techo, piso mojado y con pizarra de tiza. Ese no soy yo. Simplemente soy alguien que ama lo que hace y que lo hace bien, y por lo mismo, soy exigente conmigo en mi trabajo y con los que me rodean, por eso obtengo buenos resultados. Amor y disciplina, ese es mi lema.

Pero me estoy saliendo del tema, este post va de ayuda para los profesores que están comenzando este 2014 su carrera docente y tienen muchas energías pero pocas luces de cómo enfrentar una clase real (Cualquier alumno que se respete sabe que las prácticas profesionales son clases verdaderas, pero no son CLASES REALES, nótese la diferencia). Si estás leyendo esto es porque te interesa mejorar tus habilidades pedagógicas y ya desear eso es el 50% de la tarea para conseguirlo. "¿Qué? ¿Con solo desearlo ya tengo la mitad listo?" Así es, uno que está en este mundillo por más años se da cuenta que la pedagogía corta cabezas el primer año, muchas el segundo y definitivamente el tercero. Me refiero que luego del tercer año de ejercer como profesor ya sabes quien tiene madera para esto, a quien le gusta lo que hace y quien simplemente trabaja por un sueldo sin querer mejorar a su sociedad con el granito de arena que ponemos los educadores. Y en esa realidad, saber que hay profesores que buscan mejorar sus prácticas es un indicador que es una excelente docente.

Yo no soy buen docente porque nací buen docente. Quizá haya algo de pedagogía innata en mí, pero mucho más se debe a mi interés por ser cada día mejor. A mí siempre me dicen que doy una falsa impresión, pues como tengo cara de adulto joven adolescente creen que soy alumno en práctica, y por lo mismo no podré desenvolverme bien con los muchachos. Al rato de ver la clase se les quita y saben la clase de educador que soy. Sin embargo, gran parte del talento que poseo como docente se debe a que me preparo, estudio, leo, escucho, observo y trabajo material sobre cómo ser mejor profesor (y todo lo relacionado con habilidades similares: directivo, ejecutivo, líder, coach, preparador, entrenador, etc.). Entre todo ese material he tenido excelentes lecturas aunque también otras muy malas y dentro de ellas quisiera destacar en esta entrada del blog el último libro que me devoré: "30 consejos prácticos para educar hoy". 30 consejos... es un libro de Santiago Galve, un educador español que en libro señala que ha impartido diferentes asignaturas pero principalmente realiza clases sobre educación sexual para jóvenes. La obra es tal como dice el título, son 30 consejos que te da el autor para que no tengas problemas en tu desempeño docente. Lo que más me ha gustado de este libro es la practicidad que tiene pues constantemente entrega casos reales, ejemplos y un sin fin de argumentos totalmente reales que a cualquiera le puede pasar. 

Les dejo una reseña: El libro propone, con un lenguaje ágil y una pedagogía simpática, la experiencia de más de cuarenta años de su autor en una tarea tan apasionante como es la educación. Las quejas de muchos educadores sobre la situación que hoy tienen que vivir en su trabajo, les están llevando a tirar la toalla. Aquí pueden encontrar las claves elementales para realizar su tarea. Se proponen 30 Consejos. Para que se recuerde el consejo, el autor nos narra una vivencia con el estilo de los cuentos. Y concluye con principios educativos a modo de moraleja.

Santiago Galve parte con la regla correspondiente como título del capítulo, luego una breve introducción, una sección que llamada "Vivencia" -donde da el caso real que grafica lo planteado en la regla de turno- y al finalizar un apartado nombrado como "Principios educativos" -que es una síntesis clarísima de lo expiesto en el capítulo. 

Toca temas importantísimos en la vida cotidiana de un docente como la disciplina, control, motivación, familia, dominio de grupo, liderazgo, entre otras varias. Todos, absolutamente todos los consejos que da son buenos, unos tocados de mejor forma que otros pero sin duda igualmente indispensables.

Aquí un fragmento de la obra:

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Consejo: "A LOS JÓVENES, SÍ LES EXIGES MUCHO, DAN MUCHO. SI LES EXIGES POCO, NO DAN 
NADA"

En el proceso educativo, siempre se ha debatido 
sobre esta cuestión candente: ¿Qué actitud ha de 
tomarse? ¿La de la exigencia intransigente del sí 
porque sí y del aquí mando yo, o la de la 
condescendencia sin límites entre amigotes para 
que los pobres no se traumaticen?
Tal vez lo fácil sea contestar que ni lo uno ni lo 
otro, sino que hay que optar por una postura 
intermedia entre ambas doctrinas.
Pero mi experiencia tras tantos años de trabajo 
con adolescentes y jóvenes me lleva a dar por 
bueno el principio educativo que ahora propongo, 
que es el que a mí me enseñaron cuando 
comenzaba esta preciosa tarea.

VIVENCIA
Hace muy pocas fechas, al concluir el cursillo de 
Sexualidad en un Colegio, le comentaba con 
sumo agrado a la Directora lo a gusto que me 
había sentido con aquel grupo de alumnos de 2$ 
de Bachiller. Eran cuatro clases y se habían 
comportado como a los viejos maestros nos 
gusta: atentos, tomando notas, pidiendo la 
palabra para hablar, riéndose abiertamente ante 
las cosas jocosas pero cortando la risa con 
diligencia, y haciendo unos resúmenes finales 
muy buenos.
– Pues no sabes lo que hemos pasado al principio 
de curso con estos mismos alumnos.
– ¿Y eso?
– Te podrá parecer mentira, pero todo ha girado 
en torno a la clase de Matemáticas.
Al comenzar el curso tuvieron un profesor que 
contratamos porque tenía un expediente brillante, tanto en su carrera como en cursos de
adaptación pedagógica. Incluso tenía muy buena
planta y mucha personalidad. De esas personas
que parece que se van a comer el mundo.
Comenzó diciendo a los alumnos que no se
preocuparan, porque iban a aprender mucho y
casi sin esfuerzo. Que todo consistía en que se
sintiesen a gusto, que le dijesen todo lo que no
les gustaba y que en él iban a encontrar siempre
un amigo. Si no hacían los deberes procuraba
comprenderlos, y si en clase estaban cansados,
cambiaba de actividad para que los pobres
alumnos no sufriesen.
Poco a poco los alumnos se le subieron a las
barbas y tuvo que cambiar el discurso. Sus clases
eran un jolgorio y tenía que levantar
continuamente la voz, expulsar a los alumnos,
mandarlos al Jefe de Estudios, etc.
A los dos meses comenzó a faltar a clase por
enfermedad, y en enero le dieron una baja por
depresión.
– Pero creo entender que la chica que ha asistido
a los cursos, la Tutora de una de las clases, es la
profesora de Matemáticas.
– En efecto, es la que está haciendo la
sustitución.
– He hablado con ella en los recreos y me ha
causado una grata impresión. Aunque
aparentemente tiene un aspecto de timidez, me
ha parecido que es muy competente. Ha estado
muy atenta a las charlas y luego me ha
preguntado muchas cosas, interesándose sobre
mis recursos pedagógicos.
También le he preguntado sobre su modo de
impartir las Matemáticas y me he llevado la gran
alegría de comprobar que realiza un método muy
parecido al que a mí me enseñaron como método
heurístico, y del que tengo un grato recuerdo.
– No te puedes imaginar el cambio que ha
conseguido en estos alumnos. Al principio tuvo
serios problemas, por la herencia de su
antecesor, pero se mantuvo firme, les hace
trabajar muchísimo y actualmente he de decirte
que hacía mucho tiempo que yo no conocía el
fenómeno de que a los alumnos les gustara la
clase de Matemáticas. Más aún, sólo suspenden
cuatro o cinco por aula, y no es porque regale las
notas precisamente, como hacía el anterior

profesor.

PRINCIPIOS EDUCATIVOS
· Los adolescentes, los jóvenes, tienen
muchísima energía. Si hacemos que la
desarrollen se sienten felices. Y cuanto más
difícil sea su reto, tanto más empeño pondrán
en alcanzarlo.
· Los movimientos integristas, sean del orden
que sean, están basados en este principio: dar
la vida por una causa. Hemos de ser
inteligentes y copiar el lado bueno, aunque

sea del enemigo. Al exigirles mucho, sobre todo a los jóvenes, van a responder a nuestros
retos.
· La única barrera que creo debe marcar la
correcta educación, en diferencia con una
educación integrista, es la racionalidad. Sólo
lo razonable debe exigirse. Ninguna persona
debe hacer nada que no esté sustentado en
una razón conocida y aceptada.

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Eso muchachos, espero les haya gustado. Saludos para todos y buen comienzo en su año escolar ;)

Cristian.-

lunes, 3 de marzo de 2014

Cedófisis...

Probando

Mira como brilla el sol

Mery tenía un corderito

QUE BLANCO COMO LA NIEVE LUCIA

y a donde quiera que mery iba

El corderito la seguía.